Obviamente no es lo mismo ser autista que tener autismo:
- No se puede tener algo que no se puede perder (en el caso que nos ocupa), el autismo son una serie de características que pertenecen al individuo durante toda su vida.
- El autismo no es algo ni negativo ni positivo, ni se puede revertir, ni operar ni puede desaparecer de la persona; no se puede curar, no hay nada que curar. Pero deben ofrecerse adaptaciones a muchas personas autistas.
Podríamos poner varios ejemplos para poder entenderlo mejor:
- Una persona puede ser pelirroja pero no tener “pelirojismo”
- Una persona puede ser amable, pero no tener amabilidad
- Una persona puede ser atenta, pero no tener “atentabilidad”
- Una persona puede ser alta, pero no tener altitud
- Una persona puede ser amable pero no tener “amabilismo”
- Una persona puede ser observadora pero no tener “observadorismo”
- Una persona puede ser reflexiva pero no puede tener “reflexivismo”
- Una persona puede ser sentimental pero no tener sentimentalismo (¿)
- Una persona puede ser intuitiva pero no tener intuitivismo
Con el autismo pasa exactamente lo mismo. Pero es un tipo de personalidad que acompaña toda la vida a la persona (¡no solo existen niños autistas!), como puede suceder con las personas altas, por ejemplo, o las intuitivas. Aunque aparte de ser parte de la personalidad del individuo, ocurre algo parecido a lo que les puede suceder a las personas sensibles; viene acompañada de otras características, como las sensoriales etc.
Por estos motivos hablaremos de personas autistas en este blog.
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